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CONVERSATORIO: INVESTIGACIÓN ACTIVA PARTICIPATIVA (PAR) EN PROCESOS DE JUSTICIA ESPACIAL

"-Enmarcamos la investigación activa como un proceso democrático para dar soporte a la creación de nuevo conocimiento que puede ser potencialmente liberador-" Greenwood and Levin



Los procesos de investigación activa participativa provienen de una serie de movimientos multidisciplinarios e influencias conscientes de la importancia de la participación ciudadana en los procesos de construcción del entorno. Esfuerzos en materia de educación, sociología, política, economía, feminismo, desarrollo y equidad, entre otros, han dado forma a esfuerzos disciplinares P.A.R; principalmente liderados por el trabajo de Paulo Freire y el movimiento de los derechos civiles. La primera conferencia P.A.R (1977) fue celebrada en Cartagena, Colombia y organizada por el sociólogo Orlando Fals Borda. Como marco de referencia la investigación de acción participativa busca crear conocimiento arraigado en aquellos que van realizar las preguntas diseño, desarrollar métodos, análisis y determinar productos esperados de manera útil en los cambios esperados. En ese sentido ciertos investigadores afirman que la hermenéutica además de ser un modelo de pensamiento, es una forma de acción (Greenwood y Levin), es nuestra capacidad de promover agencia para entender los problemas de manera individual y colectiva, en donde todos podemos aportar. En el conversatorio, Antonio Moya comenta temas importantes respecto a la ‘praxis’, al empoderamiento ciudadano, a la creación de conocimiento cogenerativo en un proceso de acción y reflexión para dar sentido a los procesos de justicia espacial.


¿Cómo deberían ser los procesos participativos con comunidades? ¿Cómo podemos construir proyectos que continúen siendo transformados por la comunidad y cuyo impacto no sea pasajero? ¿Qué preguntas debemos hacer para definir un problema? ¿Cómo innovamos en espacios menos privilegiados?


PAR (“Participatory Action Research”, o Investigación Activa Participativa) es una metodología de investigación para el abordaje de problemas sociales. En el conversatorio “Investigación Activa Participativa (PAR) en procesos de justicia espacial”, Antonio Moya-Latorre, máster de Planificación Urbana por el MIT, expone este concepto como una metodología que busca generar conocimiento desde procesos participativos de la vida en sociedad.


Durante la conversación, Antonio Moya presenta dos términos: concientización y capacidades, acuñados por Freire y Sen respectivamente.


Para Freire, la concientización es el acto de mirar críticamente hacia el mundo con la finalidad de nombrar la realidad que nos rodea. En sus propias palabras “la concienciación no sólo es conocimiento o reconocimiento, sino opción, decisión, compromiso”.


Esta última frase, del libro Pedagogía del oprimido es muy valiosa, y recalca un punto esencial de la metodología PAR. Tener conocimiento sobre los problemas que acoge la comunidad es ciertamente importante, pero este conocimiento, por si solo, no es suficiente si lo que anhelamos es ver un cambio la sociedad. Es necesario esa decisión, este compromiso del que habla Freire para generar acción y agencia. En este sentido PAR va más allá de los procesos puramente académicos, para formar una parte activa dentro de las comunidades donde el conocimiento se va a adquirir no solamente a través de teorías si no también desde la convivencia con estas colectividades.


Por el otro lado, Amartya Sen nos habla de capacidades como el “conjunto de habilidades individuales y colectivas que nos permite construir la vida que valoramos”. Esta frase trae a colación el tema de cogeneración de conocimiento, un aspecto esencial en los procesos PAR. Esta cogeneración viene de la comprensión de que un solo individuo no puede definir la solución a un problema si no que deben ser las comunidades, las colectividades las que pueden generar este conocimiento, estas capacidades y herramientas para enfrentarse a un desafío. Dicho esto, es importante aclarar que la individualidad de cada miembro de esta colectividad es una pieza clave. Cada individuo debe concientizar sobre su papel dentro del proceso, conocer su propia identidad y tener perspectivas claras para poder contribuir en esta búsqueda de soluciones.


En estos procesos de cogeneración de conocimiento hay un factor que no debe tomarse a la ligera: se trata de trabajar con la comunidad, no para la comunidad. Deben generarse métodos para la construcción de un ambiente de confianza para todas las partes involucradas. Esta coalición entre académicos expertos y miembros de una comunidad busca democratizar los procesos de innovación y solución de problemas en comunidades marginadas. El diálogo compartido que se establece entre los sectores involucrados debe ser genuino, y permitir que el proceso sea completamente colaborativo y que el resultado cuente con una credibilidad y que sea validado por la comunidad.


La realización de un proyecto no debe ser concebido como un proceso lineal, sino más bien como un proceso complejo sistémico. Cada vez que nos enfrentamos o solucionamos un desafío, surgirán nuevos desafíos. En este sentido, PAR adopta un pensamiento sistémico para lograr comprender la complejidad de los procesos, y lograr un acercamiento mucho más completo de los mismos.


Pero más allá de una metodología con herramientas concretas, Antonio Moya nos comparte su definición de PAR como una actitud de empatía y curiosidad que debemos tener sobre el espacio colectivo. El mismo nos habla de esta “chispa”, este ciclo desencadenante que si bien genera nuevos desafíos, permite también el desarrollo de las capacidades que una colectividad necesita para superarlos.





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