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FRAMEWORKS: MASS DESIGN GROUP

Actualizado: 2 nov 2020

“La práctica de la arquitectura no solo requiere de la participación en la profesión, si no también de un compromiso civil”-Sambo Mockbee


Katie Swenson, directora en MASS Design Group, nos presentó una conversación inspiradora, en la que el “amor” fue el protagonista. El amor, no como una sobre-romantización de la arquitectura, o una idea ingenua y romántica de lo que se puede lograr a través de la arquitectura, sino más bien, como una herramienta más en la búsqueda de soluciones espaciales. Una herramienta que para Swenson es tan importante -si no más- que el dibujo técnico y la construcción.

La construcción de esta “comunidad amada”, como la llama Martin Luther King Jr se logra amplificando y estimulando los valores, misiones y pasiones de la comunidad local. Misiones, valores y pasiones a través de las cuales las personas intentan crear la comunidad que aspiran tener para ellos mismos y sus vecinos.

Swenson afirma en su libro “Design with Love” visto desde el trabajo de David Flores, que las familias no están siendo gobernadas por límites sino por el amor. Una poderosa afirmación evocando la importancia de provocar y amplificar valores en la práctica del diseño que brinda esperanza y conciencia ética hacia la profesión. En diversos ejemplos, indaga en la obra de colegas que anteponen su misión al encontrar personas y no proyectos; siendo las relaciones humanas y su calidad una meta fundamental para “encontrar” proyectos coherentes y relevantes de manera integral.

El papel del arquitecto está en alimentar estas pasiones, en utilizar el diseño como una herramienta de empoderamiento que estimula las historias y visiones locales. Katie nos habla de ser “arquitectos de comunidad y de cómo debemos dejar de distinguir los proyectos con enfoque social como una rama de la arquitectura que difiere de cualquier otro tipo de proyecto arquitectónico. No se trata de poner etiquetas. No es arquitectura “social”, es sencillamente arquitectura. Por que todo espacio, todo edificio debe ser parte de una comunidad. El diseño debe ser parte del diálogo público, y debe ser concebido a partir de una búsqueda para mejorar las condiciones de la comunidad que lo habitará.

La idea aspiracional de una “comunidad amada”, mencionada anteriormente, aspira a una realidad en que la pobreza, el hambre y la indigencia no serán toleradas. Pero, en las palabras de Katie, estas situaciones son esperadas hoy día en Estados Unidos. Y no solo allí. La realidad es que nuestra sociedad da por hecho que estas situaciones van a existir, y su existencia ha llegado a ser normalizada, y muchas veces, considerada inevitable. La arquitectura no puede solucionar estos problemas completamente. Pero es la labor de los arquitectos abogar por estos problemas, y buscar ser parte de la solución. Swenson nos habla de una arquitectura que está al servicio de una misión mayor. Una misión que debe estar alineada con la noción de esta “comunidad amada”.

Katie Swenson sabe que el trabajo es difícil. El tiempo y los recursos son solo algunas de las limitaciones a las que se puede enfrentar un proyecto, pero estas pueden ser sobre llevadas cuando el sentimiento de amor prevalece. Amor a lo que se hace, a la comunidad, a las personas, al proyecto. Amor a una misión.

En este sentido, debemos, como diseñadores, definir valores e ideales y tener clara cual queremos que sea nuestra misión. Fred Swaniker nos insta a declarar una misión, no una especialización. Esta misión se convertirá en el núcleo de los proyectos, la fuerza que deberá guiar cada decisión de diseño y que va a reflejar nuestros valores. Lo que somos (arquitectos, ingenieros, cineastas, etc.) importa menos que aquello en lo que creemos, aquello por lo que abogamos. En una sociedad en que día a día se evidencian injusticias sociales, debemos ampliar nuestra perspectiva y procurar (en las palabras de Katie) una arquitectura que ame.

Para MASS Design Group, el diseño nunca es neutral, este puede lastimar o sanar. Esta potente declaración toma más fuerza y se convierte en una idea más palpable hoy en día. La realidad de pandemia en que vivimos nos ha hecho ver como nuestros edificios, nuestras ciudades no han sido diseñados para promover la salud. Estos espacios nos enferman. Este desafío se convierte en una oportunidad, y podemos traducirlo a una misión. ¿Qué cambio radical debemos afrontar para lograr espacios que nos hagan más saludables? Saludables físicamente, pero también emocional y socialmente.

¿Cómo opera la arquitectura hoy en día? ¿Cuál es el enfoque que queremos dar a nuestra práctica? El poder de nuestra imaginación debería ser puesto en servicio de diseñar una sociedad que nos importe, una sociedad que promueve la justicia y la dignidad.



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