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Zaida Muxí responde a las preguntas de los estudiantes.

Después del conversatorio RETOS Y URGENCIA EN JUSTICIA ESPACIAL Y GÉNERO, dónde nos acompañaron Zaida Muxí, Surella Segu, Nelifred Maurera y Eliseb Anuel, los estudiantes del taller de Justicia Espacial, le hicieron llegar una serie de preguntas a Zaida Muxí.

A continuación, las respuestas de Muxí a las preguntas. Los invitamos a leer o escuchar los audios con las respuestas.


ES- Estudiantes

ZM- Zaida Muxí



ES- ¿Cómo podemos llegar a una comunidad y educar respecto a la identidad de género en el espacio sin que ellos lo vean como una imposición o algo innecesario?


ZM-Yo no hablaría de identidad de género, hablaría sobre el rol de género que tiene que ver con la asignación binaria de roles a hombres y mujeres en función del sexo al nacimiento. Ell rol de sexo del género femenino que mayoritariamente lo hacen las mujeres tiene que ver con los cuidados. Entonces no se trata de ir a una comunidad y educar respecto a sus propias realidades sino trabajar con ellos y con ellas para visibilizar cómo son sus espacios y sus tiempos utilizados de manera diferente en función del rol asignado, el rol que asumen, el rol en que se desarrollan en la sociedad y también cómo sus cuerpos sexuados les hacen percibir o no los espacios diferentes.


ES- A través de las luchas de los grupos activistas feministas durante los años ha surgido un auge en este movimiento. ¿Cómo esto se ve reflejado en la arquitectura y en el espacio urbano?


ZM- La lucha feminista tiene más de 300 años. Según la cronología europea estamos en la cuarta ola, según la cronología norteamericana la tercera ola. Esta tercera o cuarta ola es mucho más inclusiva, es más variada.

Cada territorio aporta sus propias visiones o conclusiones sobre el feminismo. En la arquitectura del espacio urbano es más difícil que se vea reflejado porqué nuestra educación es patriarcal y machista y entonces hay que romper estos condicionantes.

Ya desde los años 70 la segunda ola según los E.E.U.U. (o 3era ola según Europa) hay aproximaciones al espacio vivido y al espacio experimentado, como por ejemplo la de Betty Friedan en el suburbio norteamericano y como este enferma a las mujeres (en este caso además había un sesgo de raza porqué se trata de mujeres blancas) pero no deja de ser una reflexión de cómo el espacio nos condiciona

También en ciudades norteamericanas se reclamó que la noche es nuestra y el derecho a caminar seguras y sin tener miedo a ser violadas en cada esquina.

Hoy en día hay muchos ejemplos de procesos de participación. Son los procesos lo que nos llevarán a arquitecturas y urbanismos diferentes. Saber para quién estamos dando nuestras soluciones y, ¿para qué lo necesitan? ¿qué hace? ¿cómo lo hace? Tenemos que romper con la idea que el arquitecto o la arquitecta vienen con las soluciones, que ya saben todo y que vienen a dar solución previa. No, se trata de escuchar a las personas y a partir de escucharlas, conocerlas, observarlas, dar nuestras soluciones.


ES- ¿Cuál es el siguiente paso para poder lograr materializar y normalizar estas ideas en la comunidad, sin caer en los extremos de la perspectiva o solo de mujeres o solo de hombres?


ZM-No son extremos. No son perspectivas de solo uno o dos. Es entender que la organización de nuestra sociedad genera desigualdades. Por tanto, reconocer esas desigualdades y ver cómo desde nuestras disciplinas, desde nuestro saber, desde nuestro ser, podemos colaborar a aportar para que esas desigualdades desaparezcan.

Hay que trabajar con la comunidad: escucharlos, escucharlas. Ver cuáles son sus necesidades reales, trabajar profundamente y no de manera superficial con las personas para poder entender sus necesidades. Se tiene que normalizar la igualdad. La igualdad de derechos y oportunidades. Para eso nos queda mucho trabajo por hacer.


ES-El conjunto arquitectónico Frauen-Werk-Stadt, es un conjunto de viviendas, centros comerciales, cuidado infantil, y comisaría. Es un espacio producido y desarrollado solamente para la mujer. ¿No crees que esto se puede catalogar como una división en la ciudad y es contraproducente para el movimiento?


ZM-No sé que es el movimiento, pero de eso yo he hablado en muchas charlas, en muchos textos. Es un conjunto emblemático del año 96, en el que se hizo un concurso en el año 92 pensado por mujeres y para mujeres. Solo concursaron mujeres arquitectas (no explicaré el porqué, es muy largo) ¿Por qué para mujeres? Porque precisamente en este lugar donde se iban a hacer estas viviendas, en el año 92 solo habían zonas de producción hortícola. No había ningún equipamiento ni espacio para la vida cotidiana. Lo que hicieron en Frauen-Werk-Stadt fue pensar cómo deberían las viviendas dar apoyo o soporte a las tareas del género femenino, que mayoritariamente son hechas por las mujeres (no es imprescindible que lo hagan las mujeres) ¿Qué significan estas tareas? Las tareas cotidianas, aquellas que sí o sí haces cada día. En ese entorno donde no había ciudad no era posible llevar la vida cotidiana. Estas mujeres arquitectas que estaban haciendo el proyecto se lo comunicaron al ayuntamiento: no era posible hacer esas viviendas porque en ese entonces, según las normativa de Viena no se podía mezclar vivienda con esos otros usos necesarios para lo cotidiano. Entonces se cambió la normativa y lo que se hizo fueron conjuntos de vivienda con tipologías variadas, algunos con posibilidades de flexibilizarlos o de cambios con atención a la seguridad, a los diferentes requerimientos de la vida cotidiana y como equipamientos se pusieron aquellos que se consideran imprescindibles: guardería, centro médico a proximidad, un policía local, espacios comerciales (tiendas no centros comerciales), tiendas a la calle donde ya pasaba el tranvía. Eso fue una condición imprescindible para hacer vivienda en Viena: transporte público, comercios en la calle y también la posibilidad de hacer en un primer piso oficinas. Entonces no es que eso impida que te muevas y que salgas, de hecho tienes el tranvía en la puerta que a 5 paradas más o menos tienes el metro que te lleva al centro de la cuidad de cualquier sitio. Pero lo que logra es que para hacer las tareas cotidianas (especialmente llevar a niños de 0-3 años a la escuela) no tengas que trasladarte muchísimo. Esa es la idea.


ES- ¿Nos puedes contar tu experiencia cuando le presentas las ideas -como por ejemplo el cohousing- a tus clientes, y de qué maneras podemos trabajar con ellos para lograr estas metas?


ZM- A los clientes no los tenemos que convencer, ellos saben que es lo que quieren y tenemos que hablar o en todo caso explicarles las bondades de una manera u otra de vivir. El cohousing o las viviendas colectivas, cooperativas en sesión de uso en Barcelona son “bottom up”. Esto quiere decir que la misma población, los futuros habitantes se juntan porque quieren vivir de esta manera. Se trabaja de manera colectiva cómo se va a vivir, qué son los espacios que se van a compartir, cómo van a ser las viviendas, etc. El papel de los arquitectos y arquitectas es un papel proactivo, trabajando con las personas. Países que están más desarrollados en esto como puede ser Suecia o Dinamarca, tienen otros modelos de trabajar con la misma población.


ES- ¿Hasta qué punto la arquitectura puede generar un impacto o un cambio en la idiosincrasia de una sociedad?


ZM- La arquitectura no va a cambiar la sociedad. La arquitectura puede ayudarnos a facilitar cambios que la sociedad quiere. Evidentemente nos envía mensajes, por tanto, podemos ir haciendo pequeñas aportaciones, pero los grandes cambios tienen que venir de la mano con la sociedad. Entonces si hacemos arquitectura de la mano de la propia gente podemos hacer cosas para colaborar en el cambio, que la gente viva mejor.


En definitiva, responder a las necesidades reales y no a idealizaciones desde nuestra perspectiva que es evidentemente de privilegio.



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